En busca de mi estilo fotográfico

abril 18, 2020


Hacía mucho, muchísimo tiempo, que no pasaba por aquí. Instagram me ha mantenido ocupada y he relegado el blog, pero nunca lo cerré, quizás porque sabía que cuando tuviera algo importante que contar estaría aquí. Una de las cosas más maravillosas que me ha pasado este 2020 ha sido esta sesión de fotos. Mi sesión, sin duda, más personal. Para hablar de ella tengo que hablar de Carmen Hache. Desde que la descubrí en las redes, siempre había querido hacer algún curso con ella. La distancia nos lo puso algo complicado, así que cuando lanzó su primer curso online, fui a por él de cabeza. Las primeras semanas del curso fueron extrañas. Me sentí en algún momento como en terapia. De pronto alguien estaba removiendo mi mundo y no llegaba a entender por qué, pero claro que había un motivo. Sin ese viaje hacia mí misma, jamás hubiera hecho estas fotos. Hasta ahora, hacía mucho retrato, pero siempre me anulaba e intentaba reflejar solo a la persona que fotografiaba, no había nada de mí en ellas, o eso creo. Esta sesión fue distinta. Fue desde mí y para mí, y en ella soy más yo que nunca. No sé explicar lo que sentí mientras la soñaba, cuando la ejecutaba y ahora que la veo y la reveo, pero si sé que me pone los pelos de punta, y eso ya es mucho. Hay un trocito de mi alma en ella, de mis miedos más profundos. Mi forma de hacer fotos posiblemente cambiará a raíz de este curso. De hecho, por primera vez, yo que soy de pensar que todo lo hago mal, realmente por un instante me sentí fotógrafa. Algo en lo que ni siquiera me atrevía a creer. Carmen acaba de lanzar la tercera edición de Encuentra tu estilo fotográfico y lo recomiendo totalmente. Para mí ha sido el regalo más bonito que me he hecho. Nada que ver con otra formación online que había realizado anteriormente. Carmen te acompaña tanto en todo momento, que logra traspasar la pantalla del ordenador, y llegan a desaparecer las distancias hasta que casi parece un curso presencial. Ella es una gran maestra, de una generosidad sin límites, de esas especies difíciles de encontrar. Gracias infinitas por tanto, Carmen. Y gracias a mi querida Amparo, la modelo de esta sesión, que supo dar vida a mi sueño. Ella es muchas cosas, pero sobre todo es risas y alegría, y en esta sesión la llevé hasta el llanto. Captar esas lágrimas fue el momento más duro al que me he enfrentado en una sesión de fotos. A pesar de lo mucho que insistió en que solo estaba actuando, llegó un momento en que me estaba afectando tanto que tuve que parar. Gracias también, Aitor, por tu ayuda y tu apoyo, y gracias a Talleres Palermo por dejarnos hacer esta sesión en sus baños, tan cinematográficos. Todo el local es mágico, la verdad. La inspiración de estas imágenes surgió de la escena del baile del Joker en el baño. Desde que la imaginé en mi cabeza, sabía que quería que ella, Amparo, fuera la modelo, y también supe que quería que ese, Talleres Palermo, fuera el lugar. Los colores estaban estudiados, la ropa, el maquillaje, la música, la danza (ella está bailando en todo momento)... y el resto, un poquito de magia. 













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