Patricia pasó los veranos de su infancia al borde del mar en la casa de la playa de sus abuelos en Lanzarote. Unos veranos inolvidables repletos de momentos felices que ha querido retener y que ahora plasma en sus diseños. La Casa de La Playa es una fábrica de sueños, de cosas bellas que nos trasladan a nuestros veranos de infancia. En su taller encontramos caminos de mesa que nos recuerdan la importancia de los pequeños detalles, cojines muy especiales, delantales para los cocineros y cocineras de la casa, bolsas de tela para hacer nuestras compras más divertidas y ecológicas..., e infinidad de detalles para los más pequeños y todo pintado a mano. 

En la casa de sus abuelos pintaba callaos de playa y el mar sigue muy presente en gran parte de las creaciones de esta diseñadora canaria.