Estambul vuelve a mí cada mañana, cada vez que abro el armario de la cocina. Me traje del viaje una bolsita de canela que huele tanto y tan bien que me traslada una y otra vez a esa bella ciudad. Aromas que nos hacen viajar sin necesidad de pagar un billete de avión. Y qué mejor lugar para poner a prueba nuestras pituitarias que el Bazar de las Especies.  

Acudí al puesto de Chikita siguiendo la recomendación de mi amiga Maite que siempre me da unos estupendos consejos a la hora de visitar lugares. Viajera incansable, es como una guía de viajes.