El otro día tuve la suerte de asistir a una charla de Carlos Ardanaz y este post solo pretende una cosa, darle las gracias. Gracias por acudir a la llamada de un pequeño grupo de mentes inquietas y amantes de la fotografía, gracias por su generosidad a la hora de acercarnos a su mirada en Instagram y contarnos sus secretos a la hora de captar sus increíbles instantáneas o de retocarlas, y, sobre todo, gracias por llenarnos de energía y contagiarnos sus ganas de jugar con la cámara y mostrar nuestra imagen del mundo que nos rodea. Gracias por hacer que algo tan bello parezca tan simple. No es de extrañar que tras la charla varias personas me dijeran que estaban deseando ya ponerse a fotografiar y a editar. Sé que dices, Carlos, que los seguidores no son lo importante, pero creo firmemente que si más de noventa mil personas se acercan a tu perfil de Instagram cada día es por algo. Lo dicho, gracias, de una fiel seguidora. Totalmente enganchada a tu mundo en blanco y negro.