Llega una nueva entrega de Patricia La Camera. Tan maravillosa como siempre. En su buena compañía les dejo:

Dónde pensar, dónde soñar, dónde crear y sobre todo, dónde trabajar. El estudio es esa habitación o simplemente un rincón que tiene cabida, casi obligatoria, en todas las casas. Sentarse en un lugar que inspira, que despierta la creatividad. Recuerdo mi mesa, en la que estudiaba, divagaba, pintaba y volvía locos a mis padres con interminables cartas en las que rogaba, en cada línea, que me dejaran ir a la fiesta de turno. Por entonces, una minicadena con cassette ambientaba todos los días de mi vida y soñaba con vivir en Australia. Desde entonces, ha llovido. Mi mesa me marcó e hizo historia; la mía propia. Hoy cojo distancia y me pregunto si será por eso que es mi lugar favorito. Cojan asiento, escojan su rincón y sueñen, trabajen o simplemente disfruten.

Hay proyectos más ambiciosos. No es lo mismo disfrutar ociosos de nuestro espacio que diseñarlo para trabajar en él. ¿Se imaginan disponer de una pared inmensa para desarrollar proyectos? ¿Se imaginan dar rienda suelta a la imaginación, sin otros límites que los que marque el espacio? Tabiques listos para crear sobre ellos, para que no se escapen las ideas y dar vida, sin trabas, a cualquier instinto creador.

Carpinteros, pintores, costureros, creadores, diseñadores … hay espacios únicos para cualquier profesión … Mimar lo que haces empieza por un espacio personalizado, hecho a medida y con pasión.

Rincones dentro de los rincones. Las pequeñas partes que componen un todo y se convierten en protagonistas indiscutibles del lugar. El toque mágico. Aquello que en más de una ocasión pone orden en el caos. Libre circulación de ideas para colocar cada cosa en su lugar.

 

Desde que Danielle nació, no me puedo olvidar de los más pequeños. Me despido con ellos. Dentro de poco ella tendrá su rincón; su mini estudio. Para que juegue, pinte y sueñe. Un mundo del que no pienso perderme un solo segundo. Ideas para tomar nota; miles.