Cuestión de sensibilidad, supongo. No hablo de lo que supuestamente se considera estético de manera “objetiva”, sino a la posibilidad de poder ver más allá, de vislumbrar matices, de reinventar… Soy una soñadora empedernida, pero vivo en la tierra. El sombrero en la cabeza y los pies en los zapatos.

Algo se mueve, te descoloca y la maquinaria empieza a funcionar. 3,2,1…Lo miras una y otra vez y sin percatarte, el arte te ha hecho suyo. ¿La sensibilidad estética? Tal vez sea un término muy pretencioso, puede hasta que resulte poco objetivo si analizamos dónde empiezan los límites. En definitiva, invito a ir más allá, a ser curiosos, a soñar a lo GRANDE.
En esta parte del mundo las posibilidades son infinitas. Casi todo admite arte y el arte lo admite todo. Ver, admirar, compartir, reflexionar. La libertad de expresión abre ventanas, mantiene la mente despierta y emociona. Es fácil, sólo hay que ver, sentir y dejarse llevar.