Pensar en Gran Canaria es con frecuencia pensar en sol y playa, pero la verdad es que la isla ofrece mucho más. Un ejemplo son sus hoteles y casas rurales. Llevaba tiempo queriendo compartir este lugar con ustedes y este fin de semana ha terminado de animarme. Tras pasar unos días en una casa de campo rodeada de mis mejores amigos para celebrar el cuarenta cumpleaños de Oly, estoy deseando repetir la experiencia. Volver a sentir el silencio de la mañana, sólo interrumpido por el trino de algún pajarito es algo que todos deberíamos hacer de vez en cuando. Evadirnos de nuestro mundo tradicional y dejarnos engullir por un mundo de naturaleza. Y todo eso ofrece Las Calas, un lugar que están a punto de conocer. Visitamos una casona de 1800 rehabilitada hace unos años para ubicar este precioso hotel.

Cada habitación es diferente, con personalidad propia. En ellas se combina el mobiliario antiguo de las islas con claras influencias árabes y piezas llegadas de medio mundo. 

Las vigas de madera de tea vistas de los techos me encantan. La restauración se llevó a cabo con absoluto respeto a la arquitectura de la zona y del edifificio originario, Destacan la piedra y la madera.