En un edificio rehabilitado del siglo XVIII en Lisboa, encontramos este acogedor apartamento de suelos y techos de madera inspirado en los jardines de Belem. Cada apartamento recibe el nombre de un jardín lisboeta que sirve de inspiración a su diseño interior. Como dicen sus dueños, "un interiorismo delicado, apenas perceptible". Lejos de la pretención sí, pero se nota el toque de buen gusto, el  buen gusto de la sencillez sorprendida con algún elemento tradicional de la artesanía portuguesa. Me llama especialmente la atención la mesa de centro del salón, un mueble que se repite además en otros apartamentos y que tiene una curiosa forma alargada y estrecha. En este caso además, con un toque verde que anima la estancia.

La original lámpara del salón también llama poderosamente mi atención. Con un bombillo suspendido de un cordón rojo, tan sencillo y atrayente a la vez.