Conocí esta casa antes que a su dueña. Es curioso, pero un día la vi en una revista, aluciné con ella, supongo que como todos, y con el tiempo, meses después, estaba en aquella espléndida terraza disfrutando de una deliciosa merienda. Cosas de la vida. Hoy puedo decir que tengo un trocito de paraíso a mi alcance y, sobre todo, una nueva amiga que forma parte de mi vida.

Una terraza con vistas a Las Canteras. ¿Se puede pedir más?
Un salón con una mesa de centro tan grande que no cabe entera en la foto.
Un rincón encantador de la casa con orquídeas siempre en flor compradas en el Mercado Central. El cuadro es obra del interiorista que colaboró con la decoración de la casa.
Parte del comedor, en el que predominan el color rojo de las sillas y el antiguo aparador chino y el cristal de la mesa y la lámpara.
Dos budas a la entrada de la casa nos dan la bienvenida.
Uno de mis rincones preferidos de la casa. El conjunto de cuadros de flores e insectos me tiene totalmente enamorada.
Detalle del dormitorio principal con un original cabecero de aires asiáticos.

Imagen de mi dormitorio. No, no es que viva en esta casa, pero es donde me alojo cuando voy. Lo mío con este cuarto fue amor a primera vista. Desde que lo vi, lo pensé y lo dije en alto: "este es el mío".

Los muebles asiáticos y las mariposas son detalles recurrentes en toda la casa. 
Por sus dimensiones, por su luz, por sus increibles vistas, por todo, para mí es el piso perfecto.